de cucuruchos

la vida no se detiene… la procesión tampoco (CUENTO BREVE)

Se había cumplido el sueño… el travieso niño había cedido su lugar al inquieto adolescente; y por fin daba el alto para cargar al Señor Sepultado de Santo Domingo  Fue una mañana de Viernes Santo apresurada, no quiso comer, no por un ayuno penitencial, sino porque la ansiedad le restaba apetito. Desde temprano llego a Santo Domingo. Caminó en la fila desde la salida, admirando la parafernalia dominica, que en catequética lección le mostraba el sufrir del mártir divino y se formo anticipadamente en el turno  de los más bajos de estatura. La esplendorosa  anda – la de Valenzuela-  se aproximo y en un instante se encontraba meciendo el mueble sobre sus hombros, cargaba por vez primera al Señor Sepultado. Su padre íntimamente orgulloso seca lágrimas provocadas por la emoción y le espera al fin de la cuadra lo abraza y le dice “Dios te Bendiga” se integran a la fila pues la procesión continua… Veinticinco años más tarde, con la experiencia en las filas de procesión y en la vida acumulada, convertido en un autentico mariscal de las procesiones, nuestro devoto se apresta a cargar su turno, el vigésimo quinto año, el de las Bodas de Plata. Se aproxima el anda –maderamen dorado de amor-  y una marcha  matiza el vaivén del mueble que porta al Consagrado, la taciturna luz de bronceada urna centenaria ilumina a su Señor Sepultado. Al terminar el turno llegan los abrazos de sus familiares y amigos, un “Dios te Bendiga”  que desde el cielo le dice su padre, que ya no esta esperándole al final de la cuadra, hace que  el recuerdo se agolpe en su memoria en un instante que se antoja perpetuo,  es en ese momento que  nuestro amigo devoto solo atina a decirle a Jesús un GRACIAS SEÑOR !!!,  hay que integrarse a la fila, generaciones de cucuruchos van y vienen, la procesión continua, la vida también….

La fotografia es cortesía de Luis Ordoñez

 

2 respuestas a “la vida no se detiene… la procesión tampoco (CUENTO BREVE)

  1. Rubén: Gracias por sus felicitaciones, de hecho fue en 2010 cuando alcance mis 24 primeros años de participara en el Santo Entierro Dominico. Esta es una recreación de ese tipo de acontecimiento que es – de alguna manera- muy importante en la vida del cucurucho.

    Gracias por leer y comentar

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