A Jesús de San Bartolo
I
en un universo que se nos antoja ancestral
inundado por desmedido incienso fervoroso
se desarrolla lenta y pausadamente la procesión colosal
el sacro cotejo del nazareno caído, el portentoso
con alfombra a tus pies el pueblo amoroso
de la Antigua te lleva en su devoto espaldar
al compas de un pentagrama maravilloso
de tu devoción que es eterna y universal
en sencilla alegoría que se hace perenne,
el hermoso nazareno nos hace meditar
rodeado de ambiente místico y solemne
en que la vida del cristiano es continuo transitar
y después de caer bajo el peso del pecado hay que levantarse
que llevar la cruz, es solo encomendarse a la madre y a él imitar.
II
al descansar las andas después de media noche,
en su dosel en el pequeño y aldeano templo,
hay oídos de cucurucho que resuenan en derroche
cuando las visiones del pasado son más que ejemplo
porque a esa cansada hora transita
un cucurucho rumbo a su hogar con el alma desbordante
y en congestionada carretera o por oscura callecita
se goza aquel que lleva en su alma bombo y redoblante,
con aroma de corozo suena quizá pito y tambor,
pero lo seguro es el corazón que late fraternal,
con fondo de marcha agonizante, que mejor
el muy antigüeño grito ¡ ¡ ¡ vamos señores!!!
hagamos fila como hermanos en la calle de pedernal
vamos señores, caminemos en pos del amor de los amores !!